¿Te has preguntado alguna vez cómo sería ver el mundo sin colores? Tal vez la respuesta esté más cerca de lo que pensamos, y podría mejorar la vida de miles.

Descubre cómo esta condición puede ser clave en el desarrollo de nuevas tecnologías visuales y tratamientos innovadores. Además, abordamos la importancia de la inclusión y cómo las investigaciones sobre el daltonismo pueden impactar positivamente el futuro de la visión para todos.

Jorge Estratega

11/22/20242 min read

Daltonismo
Daltonismo

Cuando era niño, veía el mundo de una manera que nadie parecía entender. Las luces intensas me cegaban, y las sombras se convertían en refugios donde podía relajarme. Sin darme cuenta, pasé gran parte de mi infancia en un universo diferente, uno en el que los colores no tenían los mismos significados que para los demás. Años después, entendí que esto no era solo una peculiaridad: era una condición llamada daltonismo, y estaba a punto de cambiar mi vida para siempre.

La primera vez que alguien mencionó la palabra "daltonismo," tenía alrededor de 12 años. Para mí, los colores eran un misterio. Recuerdo que mi madre me preguntaba sobre la ropa que quería usar y yo, incapaz de distinguir entre un rojo o un verde, simplemente elegía lo que parecía más oscuro, más seguro. Mis amigos en la escuela no comprendían mis dificultades para seguir ciertos juegos o actividades. Y yo, frustrado, me refugiaba en mi imaginación, tratando de encontrar un lugar donde pudiera ver como los demás.

¿Cómo el daltonismo puede guiar nuevas soluciones para la baja visión?

Fue entonces cuando comprendí que el daltonismo era más que una simple confusión de colores. A medida que crecía, el diagnóstico se fue afinando y descubrí que mi percepción cromática era casi nula: veía el mundo en una gama de grises. Más tarde, un especialista me explicó que mi cerebro había desarrollado la capacidad de enfocarse en la textura, la forma, y las sombras, en lugar de los colores. Esta particularidad me llevó a explorar nuevas maneras de interactuar con el entorno, utilizando la luz y la sombra como mis aliados.

Mi experiencia me hizo preguntarme: ¿qué pasaría si esta diferencia en la percepción visual pudiera enseñar algo a la ciencia? ¿Y si los desafíos que enfrentamos las personas con daltonismo ofrecieran pistas para mejorar la vida de aquellos que tienen baja visión? Estos pensamientos me impulsaron a profundizar en mi condición, a investigar más sobre cómo el cerebro interpreta la información visual cuando el color no es un factor.

Acromatismo
Acromatismo

El cerebro es una máquina increíblemente adaptable. Cuando carecemos de una forma de percepción —en mi caso, la del color— el cerebro compensa utilizando otras áreas, buscando maneras de interpretar el mundo. En mi adolescencia, por ejemplo, me volví un músico hábil en muy poco tiempo. Mi oído se agudizó y descubrí detalles en los sonidos que muchos pasaban por alto. Al final, mi cerebro había encontrado una forma de navegar por un mundo que no veía claramente.

Esta capacidad de adaptación es lo que inspira a los científicos a explorar cómo las personas con daltonismo, que perciben el mundo de una manera única, pueden ayudar a diseñar nuevas herramientas visuales. Las investigaciones actuales sobre el daltonismo están comenzando a revelar que entender cómo el cerebro compensa la falta de color puede proporcionar pistas valiosas para desarrollar dispositivos que mejoren la visión en aquellos con baja visión, ya sea a través de gafas, dispositivos electrónicos o terapias de rehabilitación visual.

El Cerebro, la vista, y la adaptación

Autor: Jorge Manrique, paciemte daltónico acromatico con baja visión